Con la finalidad de desarrollar proyectos en el área de la salud, la Universidad de Cuenca suscribió, la tarde del 10 de marzo de 2022, un convenio marco con el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI).

La transferencia de tecnología y del conocimiento, el intercambio de información científico-técnica y de personal especializado, son parte de esta alianza. Actualmente las dos instituciones coordinan proyectos en el campo de la farmacología enfocados en la prevención de interacciones farmacológicas y la evaluación terapéutica del aceite de cúrcuma, del que la científica de la alma mater, Adriana Orellana, estará al frente.

Orellana mencionó que entre las actividades se piensa en una evaluación terapéutica del aceite de cúrcuma como un primer ensayo clínico que se desarrollaría como una iniciativa de la academia, garantizando una alternativa para afecciones que aquejan a la población.

El vicerrector Juan Leonardo Espinoza reafirmó el compromiso de la institución para fortalecer los proyectos en el área de la salud con investigación pertinente de beneficio para el país. Recordó que el proyecto de Orellana obtuvo para la universidad varias patentes internacionales.

La directora ejecutiva del INSPI, Gulnara Borja, comprometió el apoyo y recursos humanos del Instituto por medio de técnicos e investigadores para promover iniciativas en el ámbito farmacológico, respetando los comités de ética y cumpliendo con la legislación vigente, dijo.

A tomar en cuenta

La tesis doctoral de Adriana Orellana generó el descubrimiento de las propiedades anticonvulsivas del aceite de cúrcuma,  identificada en modelos animales y atribuidos a los principios activos de bisabolenos sesquiterpenoides.

Estos constituyen moléculas de interés en el área farmacéutica como potenciales medicamentos que a futuro serán capaces de controlar y reducir las crisis en pacientes con epilepsia.

Este aporte científico, en la que también participaron investigadores de Bélgica, Noruega, Alemania y Estados Unidos, ganó el reconocimiento de Japón, Estados Unidos y Europa, que otorgaron patentes farmacéuticas a la Universidad de Cuenca, las primeras de este tipo para la institución azuaya y academia ecuatoriana.

Orellana sostuvo que la Universidad de Cuenca al ser copropietaria de estas patentes internacionales, visibiliza su contribución activa a la generación de nuevo conocimiento en la comunidad científica mundial y, su participación como institución académica en la generación de productos innovadores de tipo farmacéutico.