El pase de niño es una expresión profundamente identitaria de la navidad de nuestro país. Josset Feral habla de la teatralidad de algo, como una especie de cualidad que otorga la mirada a una persona que se exhibe y está consciente de ser mirado, mientras está teniendo lugar un juego o fingimiento. La teatralidad del pase del niño se manifiesta por la forma en la que los diferentes actantes de la procesión encarnan sus disfraces y sus acciones dentro de sus diferentes roles.
Un niño no deja de serlo por la peluca o el dibujo de bigote que juega a caracterizarlo como pastor. La dimensión de teatralidad deja al descubierto al niño por detrás del disfraz. El efecto de teatralidad en el pase del niño funciona como un territorio al margen, en el que se hacen visibles: el mecanismo teatral y el espacio escénico en el que opera. La teatralidad en este juego de visibilización es un redoblamiento de la representación, una especie de “representación de la representación”. En este sentido el estado de teatralidad de cada actante del pase del niño, hace visible lo que está oculto, por tanto, no es tan importante aquello que significa el disfraz, sino como funciona.
Lo que opera en la representación de los actantes del pase del niño, está mas bien, en el profundo compromiso con el hecho celebrativo del acto del que son parte. En la teatralidad de los personajes del pase del niño hay una deliberada operación de dejar ver la profunda relación con lo sagrado y ritual, que se extiende a un territorio que va mas allá del mero disfraz. La fuerza de teatralidad que hace estar presente al cuerpo del actante del pase del niño, se centra en el sentido vivencial del sujeto que participa.
Para los feligreses que participan del pase, la significación objetiva del mundo, no se centra en la cosa misma, como cosa objetiva - que en el caso de los actantes del pase del niño será el disfraz- pareciera, que el sentido profundamente vivencial en el acto de su acontecer, revela que es mas importante la dimensión de relación entre cuerpo y acto. Diría Rodolfo Kusch que la significación objetiva del mundo, de las cosas; en cierta forma es negada, para dar paso a una función mas totalizante basada en lo emocional, en lo ritual, en lo celebrativo. El pase del niño es parte de nuestra teatralidad popular y debe ser estudiado con mucha mas profundidad desde el campo etnoescenológico.
Obras referidas:
- Feral, J. (2003) Cuadernos de teatro XXI, Buenos Aires, Nueva Generación.
- Kusch, R. (2003). Obras Completas, Tomo II. Rosario: Ross.