“Cuando uno es joven hace experimentos sin buscar cosas específicas. Yo instalé un pequeño laboratorio en el desván para ver crecer cristales y experimentar lo descrito en los libros”
Dorothy Crowfoot (1910 – 1994) - Hodgkin es su apellido de casada - nació en El Cairo, cuando todavía era una colonia británica, donde su padre trabajaba como arqueólogo. Desde pequeña realizaba experimentos sencillos en su casa y, tras leer el libro La naturaleza de las cosas, se enamoró de los cristales y de la técnica que permite estudiarlos: la difracción de rayos X. “Fui capturada para toda mi vida por la química y por los cristales”.
Crowfoot estudió Ciencias Químicas en la Universidad de Oxford que, en aquella época, tenía cinco estudiantes varones por cada mujer y prohibía a las mujeres entrar al restaurante o participar en los debates. En la Universidad de Cambridge, estudió cristalografía. Su tesis doctoral consistió en el estudio de la estructura de diferentes biomoléculas. Para ello, las irradiaba con rayos X, capaces de penetrar en la materia, y “observaba” así los átomos en forma de puntos sobre una placa fotográfica. Crowfoot estimaba a ojo los puntos luminosos y hacía los complicados cálculos matemáticos manualmente, porque aún no existían los computadores.
Entonces estudiaba los esteroides, moléculas complejas como el colesterol del que fue capaz de descubrir la estructura. Después de su tesis, volvió a la Universidad de Oxford, donde trabajó el resto de su vida. También descubrió la estructura de la penicilina, la lactoglobulina y la vitamina B12 o cobalamina (que le llevó 6 años), entre otras. Por su inmensa labor, ganó el Premio Nobel de Química en 1964, convirtiéndose en la quinta mujer en ganar un Nobel en Ciencia y la tercera en Química.
Su descubrimiento más importante, el cual llegó unos años después, fue la estructura de la insulina, la hormona que secreta el páncreas para procesar la glucosa, para lo cual invirtió 35 años por su complejidad.
A los 24 años le diagnosticaron artritis reumatoide en sus articulaciones, una enfermedad para la que entonces no había tratamiento y, a pesar de estar en silla de ruedas, quiso seguir trabajando. A los 37, fue admitida en la Real Sociedad de Londres (Royal Society of London), la asociación científica nacional de mayor prestigio que, con 287 años de historia, elegía sólo por tercera vez a una mujer.
Cuando se jubiló, en 1977, se dedicó a viajar, impartiendo conferencias y participando en debates a favor de la paz y el desarme nuclear.
Para recordar:
- “Fui capturada para toda mi vida por la química y por los cristales”
- Su descubrimiento más importante fue la estructura de la insulina, lo cual le llevó 34 años por su complejidad
- Ganó el Premio Nobel de Química en 1964 por determinar numerosas estructuras biológicas.
- En la universidad no podía entrar al restaurante o participar en debates por ser mujer
- Pese a estar en silla de ruedas desde los 24 años, Crowfoot nunca dejó de trabajar.
Bibliografía revisada:
Para saber más:
Libro: R. Levi-Montalcini. Las pioneras. Las mujeres que cambiaron la sociedad y la ciencia desde la Antigüedad hasta nuestros días, Barcelona: Critica, 2017
Dorothy Crowfoot-Hodgkin, Cristalógrafa y Premio Nobel en Química
Crédito foto:
Dorothy Crowfoot-Hodgkin, Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, 2011 (https://www.sebbm.es/index.php/ES/divulgacion-ciencia-para-todos_10/noviem bre-2011---dorothy-m--crowfoot-hodgkin_574)