“Nuestra mente le puede enseñar al cuerpo a ser feliz”
Concluyeron los primeros talleres de capacitación a los participantes de la segunda cohorte del Programa de Mentoría para Mujeres Científicas - PROMEMCI-; proyecto impulsado por la Universidad de Cuenca, a través del Vicerrectorado de Investigación, con el auspicio de SDGnexus Network y el Servicio Alemán de Intercambio Académico – DAAD-, cuyo objetivo es aportar al desarrollo y fortalecimiento de habilidades, capacidades y conocimiento para promover la permanencia de jóvenes científicas en el entorno académico, aportando al cumplimiento del ODS 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Las actividades realizadas se enfocaron en la escucha activa, la planificación, la comunicación y gestión del tiempo como herramientas claves que impulsan el liderazgo en la academia. Los ejercicios trabajados fueron facilitados por Pablo Barriga, experto en comunicación, diálogo y transformación organizacional.
TALLER CON MENTORES/AS
El primer día se contó con la participación de nueve mentores/ras y estuvo orientado en trabajar la inteligencia emocional, dándole una atención progresiva a los propios estados internos, entrenando las capacidades que permitan gestionar las emociones y la comunicación eficiente.
Denisse Vázquez, docente de la Carrera de Comunicación e Investigadora del Departamento de Biociencias, compartió su experiencia acerca de la culminación de su tesis doctoral; generando una reflexión clave acerca del equilibrio entre lo físico y mental.
En este contexto, se dialogó sobre la importancia de desarrollar las habilidades blandas como una tarea constante, para que el cerebro active su neuroplasticidad y así poder regular los sentimientos de acuerdo con las necesidades y escenarios que se presentan en el diario vivir. Entrenar este tipo de capacidades es fundamental para ejercer una mentoría, comentó Pablo Barriga, quien además indicó que estos talleres motivan a los mentore/ras a dejar un legado, construyendo una comunidad que genere nuevos espacios de diálogo y aprendizaje mutuo.
Andrés Alvarado, investigador titulado del Vicerrectorado de Investigación, destacó que durante los talleres pudo darse cuenta de que es necesario desarrollar las capacidades de comunicación y escucha. “Muchas veces oímos, pero no escuchamos lo que las mentorandas nos están contando”, mencionó.
TALLER CON MENTORANDAS
En el segundo día de capacitaciones PROMEMCI asistieron las mentorandas de la primera y segunda cohorte. La teoría de la ampliación y construcción, la cual engloba el enfoque de emociones positivas, las afirmaciones y las declaraciones, fueron parte de los puntos a tratar en este taller
Pablo Barriga, profundizó que es necesario entender el punto de referencia para crear juicios y cuáles son las afirmaciones que los sustentan; de esta forma, saber cómo explorar las palabras que manifestamos en nuestra vida diaria, considerando que estos dictámenes son una evaluación del pasado que permiten entrar al futuro con menos incertidumbre.
Las mentorandas manifestaron que, luego del taller, su visión del perdón, de pedir ayuda, del agradecer, de la importancia del decir no y el aprender a recibir un no de otras personas son parte de sus nuevos objetivos para trabajar internamente.
Liliana Déleg, mentoranda de la segunda cohorte, destacó que estos talleres le han servido para crear un cambio positivo y de auto reflexión, también agradeció por la oportunidad de participar en este programa.
Johanna Orellana A., directora del PROMEMCI, finalizó el taller con un emotivo mensaje de agradecimiento a Pablo Barriga y a las mentorandas enfatizando que gracias a este tipo de programas se logra crear un espacio de acompañamiento del que muchas mujeres científicas carecieron en el pasado.
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