La Universidad de Cuenca por segundo año consecutivo desarrolló el proyecto "Jóvenes Rurales y Educación Superior", una iniciativa enfocada en cerrar las brechas de inclusión a los estudios de tercer nivel. Este programa tiene como objetivo generar oportunidades para que los estudiantes rurales accedan a una preparación académica digna y gratuita, fortaleciendo así sus capacidades y habilidades con miras a ingresar a la universidad pública.
El curso tuvo una duración de siete semanas, combinó 140 horas de trabajo autónomo en la plataforma MOOC y 24 horas de clases virtuales a través de Zoom, de lunes a viernes. Además, se llevaron a cabo clases presenciales los sábados, un total de 24 horas adicionales de apoyo pedagógico. Todo esto con el fin de proporcionarles una sólida preparación para afrontar el examen de ingreso a la universidad.
El trabajo interinstitucional ha sido clave para el éxito de esta iniciativa. La Dirección de Vinculación con la Sociedad coordinó esfuerzos con el Ministerio de Educación, gobiernos locales y unidades educativas del sector rural, para llegar al mayor número de bachilleres de Azuay, Cañar y Morona Santiago. Es así que, en esta edición siguieron el curso 1 941 estudiantes, 864 se inscribieron para el examen y 767 se presentaron para rendir el examen de admisión.
David Acurio, director de Vinculación con la Sociedad de la Universidad de Cuenca, señala que la sociedad ecuatoriana presenta muchas desigualdades, entre ellas las oportunidades de empleo y la falta de inversión pública en educación. “Estas brechas se han hecho cada vez más evidentes en los últimos años. La falta de posibilidades de empleo y la poca inversión pública son algunos de los problemas que enfrentan los jóvenes”, afirma.
En este contexto, la migración se presenta como una posibilidad para mejorar los ingresos y condiciones de vida. Sin embargo, la Universidad de Cuenca apuesta por una solución distinta: la educación superior puede contribuir a reducir las inequidades sociales al abrir sus puertas a jóvenes provenientes de colegios fiscales y fiscomisionales del área rural para mejorar significativamente las oportunidades económicas y sociales de los jóvenes, destaca Acurio.
La meta institucional es mejorar la capacidad de los jóvenes para ingresar a la universidad y asegurarles un acompañamiento durante toda su formación profesional. "Les acompañamos al momento de la postulación, cuando se matriculan, y una vez que acceden al cupo, tienen una beca con el objetivo de que terminen la universidad", enfatiza Acurio.
El proyecto ha demostrado resultados concretos y se espera que una gran mayoría de los más de 700 jóvenes que rindieron el examen en 2023 logren aprobarlo. La universidad tiene como objetivo superar la cantidad de estudiantes que ingresaron en años anteriores y aumentar la representación de jóvenes rurales en cada cohorte de matrícula hasta alcanzar al menos un 10 %, explica Acurio.
Cada joven que se beneficia del programa representa una vida transformada, y la universidad se enorgullece de brindarles oportunidades concretas para que desarrollen sus capacidades y habilidades. Acurio resalta la importancia de abrir la puerta a más personas provenientes de sectores rurales cada año, permitiéndoles cambiar sus vidas y contribuir al desarrollo del país.
Con estas iniciativas, la Universidad de Cuenca demuestra que es posible lograrlo desde el ámbito público, y que esto no es una acción caritativa, sino una acción de responsabilidad social del Estado. Por tanto, la institución demanda una mayor inversión en educación pública para garantizar igualdad de oportunidades y desarrollo para todos los ciudadanos.