La Universidad de Cuenca, a través de su Empresa Pública UCuenca EP, ejecutó el proyecto "MACOVE-Mapeo y análisis de COVID-19 en Ecuador”.
El director Daniel Orellana explicó que el objetivo principal fue hacer un mapeo y análisis de las estadísticas de la pandemia, principalmente relacionados al exceso de mortalidad. En ese sentido, es preciso recordar que, en Ecuador, el primer caso de contagio se registró el 29 de febrero de 2020.
De acuerdo a resultados obtenidos, desde el inicio de la crisis sanitaria el país no logró establecer mecanismos adecuados para el manejo de la pandemia, lo que ha derivado en un deficiente sistema de registro, monitoreo y reporte de estadísticas, estrategias inconsistentes de restricción de movilidad y de aglomeraciones y una afectación importante a nivel económico y social. Por ejemplo, se ha permitido la reapertura de restaurantes, cines y centros de diversión, pero se ha mantenido cerrados los centros educativos, afectando directamente al derecho a la educación, al crecimiento y el bienestar de niños, niñas y adolescentes.
Estudio
Orellana explicó que el proyecto inició en noviembre de 2020 y culminó en marzo del presente año. Para el desarrollo se conformó un equipo multidisciplinario de investigadores de la Alma Mater. Uno de los resultados fue definir una línea base para estimar el número esperado de defunciones por cantones, edad y sexo, y compararlo con las muertes registradas durante la pandemia.
Este modelo permitió estudiar los factores que incidieron en la mortalidad durante la pandemia, como la estructura poblacional, elementos ambientales y las dimensiones socioeconómicas. Se utilizó información de registros de defunción facilitados por la Dirección General de Registro Civil, Identificación y Cedulación (DIGERCIC) entre los años 2017 y 2020.
El estudio pudo identificar que, entre enero de 2017 y diciembre de 2019, en Ecuador, fallecieron en promedio 195.87 personas al día. Sin embargo, a partir de marzo de 2020 se evidenció un aumento descontrolado, se llegó a un pico el 4 de abril con 1 124 fallecimientos, lo que representa un exceso de 924 defunciones diarias sobre la media esperada.
Entre el 1 de enero y el 30 de diciembre de 2020 se han registrado 114 127 defunciones en Ecuador, comparado con las 71 492 esperadas, esto implica un exceso de 42 635 defunciones en todo el país, lo que equivale a un exceso porcentual del 59,64%.
Resultados
El director del proyecto apuntó que el primer resultado notable es que, por primera vez, desde la pandemia, en Ecuador se presentan datos respecto a qué edades está afectando la mortalidad.
Los estudios revelan que hasta diciembre de 2020 no existía una afectación en el exceso de mortalidad por COVID-19 en las personas de hasta 30 años. A partir de esa edad se evidencia un aumento de forma alarmante, es decir que las personas están muriendo más en relación a 2019; con picos graves en el grupo comprendido entre 50 a 65 años, incluso más alto que el de mayores de 65 años.
El investigador señaló que “no hemos encontrado evidencia de un exceso de mortalidad en niños y jóvenes, sin embargo, el país reactivó la mayoría de actividades, excepto la educación y eso ha afectado enormemente los derechos de los niños”.
El equipo de investigadores también desarrolló un modelo de simulación computarizado, que permite estudiar lo que pasaría si se reabren las escuelas. Para esto, se concentraron en los establecimientos de zonas rurales y de comunidades pequeñas, de 200 a 300 familias. El resultado fue que las escuelas tendrían un papel limitado en la transmisión comunitaria cuando el resto de actividades están en marcha.
Orellana recalcó que por medio del proyecto han generado evidencia que permita a los tomadores de decisiones “hacer lo mejor posible”. Agregó que la situación actual del sistema educativo pasará factura durante más de una década, porque esta generación de niños está recibiendo educación de mala calidad o, lo que es peor, una gran cantidad de niños ha abandonado el sistema educativo.
De acuerdo a un artículo publicado en la web de UNICEF, en “Ecuador alrededor de 90.000 estudiantes ya están fuera del sistema educativo”.
Según la UNESCO, las restricciones en el sistema de educación “ha mantenido a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en educación virtual cerca de dos tercios del año lectivo, generando un alto impacto en su salud física, emocional y su bienestar integral”.
Entre las conclusiones del estudio, Orellana mencionó que “no podemos seguir manejando la pandemia de la misma manera, es decir priorizar todo por encima de la educación… Si hacemos lo que los científicos y epidemiólogos han recomendado para manejar esta situación es posible reabrir las escuelas, porque la educación es clave para el futuro de la población infantil y el país”