Cápsula | ¿Tienes un gato, has pensado en su salud visual?

Autora: Gabriela Mejía Freire

Este artículo busca sensibilizar a los tutores de gatos sobre los riesgos de imponer dietas inadecuadas a sus mascotas y  describe dos casos clínicos de retinopatía por déficit de taurina.

 Imagen referencial. Crédito: https://www.freepik.es/foto-gratis/nina-gato-sentados-cama_11685233.htm#fromView=search&page=1&position=26&uuid=ef75b33b-ba7d-4d70-aacd-0a29687374e4

La taurina es un aminoácido esencial para los felinos que desempeña un papel fundamental en su organismo. Aunque no tiene una función específica plenamente definida, se sabe que actúa como neurotransmisor y protector de membranas en tejidos clave, como los fotorreceptores de la retina y el músculo cardíaco. Sin embargo, los gatos tienen una capacidad limitada para sintetizar taurina a partir de otros aminoácidos, como la cisteína, por lo que deben obtenerla directamente de su dieta.

Afortunadamente, los alimentos comerciales para gatos tienen suplementos de taurina, lo que ha reducido significativamente los casos de enfermedades relacionadas con su deficiencia. No obstante, todavía se reportan casos en animales alimentados con dietas caseras o vegetarianas, lo que resalta la importancia de respetar sus necesidades nutricionales específicas.
Los gatos, tanto domésticos como silvestres, son carnívoros estrictos, lo que significa que su organismo está adaptado para obtener nutrientes esenciales de fuentes animales. La taurina, en particular, es indispensable para prevenir enfermedades en diversos sistemas, incluyendo el ocular, el cardiovascular, el nervioso y el inmunológico. Se sugiere una dieta con niveles de taurina entre 500-750 ppm para garantizar una salud óptima.  

El primer caso documentado de retinopatía por déficit de taurina fue reportado en 1949 por el Dr. Bruckner. Desde entonces, los estudios han permitido ajustar los niveles de taurina en alimentos comerciales, minimizando los riesgos. Sin embargo, aún se registran casos, especialmente en gatos alimentados con dietas caseras, vegetarianas y veganas, como los casos que aquí reportamos.

Un gato macho castrado de dos años fue llevado al servicio de oftalmología por ceguera progresiva desde hacía un año. Desde su adopción, había sido alimentado exclusivamente con una dieta casera vegetariana.
El examen oftalmológico reveló:
  • Una extensión anormal de ambas pupilas (Midriasis bilateral).
  • Respuesta negativa a la amenaza.
  • Ausencia de reflejos pupilares directos y consensuales.
  • Presión intraocular tomada con tonómetro de rebote ojo derecho 23 mmHg y ojo izquierdo 24 mmHg.
  • Fondo de ojo: hiperreflexia tapetal generalizada (mayor brillo de la retina) y pérdida total de la vascularización de la retina. (Estadio 5)
Fondo de ojo derecho con degeneración generalizada de retina, pérdida total de la vascularización retiniana. Retinopatía deficiente de taurina , paciente con ceguera. Crédito: Gabriela Mejía Freire

La compañera del caso anterior, alimentada de manera similar pero con la diferencia que ella cazaba presas como sapos, lagartijas  y pájaros, presentó menos daños:
  • Respuesta positiva a la amenaza.
  • Reflejos pupilares directos y consensuales normales, sin alteraciones en ninguna de las estructuras del globo ocular. 
  • Fondo de ojo: hiperreflexia tapetal elipsoidal en forma de banda, con bordes oscuros, dorsal a la papila óptica, que corresponde a un estadio 4 de Retinopatía por déficit de taurina.
Aunque su visión estaba preservada parcialmente, su condición avanzaría hacia una pérdida visual completa si no se corregía su dieta.
Fondo de ojo izquierdo y  derecho con banda larga hiperreflectiva dorsal a la papila óptica, Retinopatía deficiente de taurina. Crédito:  Gabriela Mejía Freire.

El caso de estos gatos ilustra la importancia de proporcionar una dieta adecuada que respete las características fisiológicas de los felinos. Las dietas vegetarianas o caseras, aunque bien intencionadas, pueden tener consecuencias graves para su salud.
La recomendación a los tutores fue realizar exámenes complementarios, cambiar a una dieta comercial adecuada y realizar seguimientos oftalmológicos periódicos.
En conclusión, respetar las necesidades nutricionales de los gatos no es solo un acto de responsabilidad, sino de amor hacia estos animales que dependen de nosotros para su bienestar.

Sobre la autora: Médica Veterinaria Zootecnista, Maestría en Medicina canina y felina, Certificación en Oftalmología Veterinaria. Docente en la carrera de Medicina Veterinaria de la facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Cuenca. Docente invitada a impartir el módulo de Oftalmología en Maestrías de varias Universidades del país. Práctica privada de consultas oftalmológicas en el Centro de Neurología y Oftalmología Veterinaria (CENOV).
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