Cápsula | Desafiando la resistencia bacteriana: terapia con fagos

Autor: Paúl Escalante Canto

Los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) detectan una bacteria resistente a los medicamentos cada cuatro horas, que mata a 2.000 personas cada día. Se prevé que para 2050, si no se toman medidas eficaces, el número de muertes puede superar al de cáncer y alcanzar decenas de millones.

La principal causa de resistencia bacteriana incluye el mal uso de los antibióticos.

Actualmente, la resistencia bacteriana es uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. Se define como la capacidad de las bacterias para sobrevivir a concentraciones terapéuticas específicas de antibióticos. Esta resistencia se desarrolla mediante un proceso genético que permite el intercambio de material genético entre bacterias. Este intercambio se produce de tres formas: contacto directo entre bacterias (conjugación), incorporación de ADN libre de células en bacterias destruidas (transformación) y transferencia de ADN mediante vectores como los fagos (transducción).

Si queremos clasificar la resistencia bacteriana, podemos clasificarla en multirresistente, ampliamente resistente y panrresistente, según la cantidad de antibióticos que ya no son efectivos contra las bacterias.
Las principales causas de resistencia bacteriana incluyen el mal uso de los antibióticos, como: la prescripción incorrecta por parte de personal no calificado con respecto a las indicaciones, dosis y duración del tratamiento. Además, el uso excesivo de antibióticos en la agricultura y la ganadería, que afecta a nuestra dieta diaria, agrava el problema. La globalización y el cambio climático también han contribuido a la propagación de bacterias resistentes a los medicamentos, lo que hace que el problema sea aún más difícil de controlar hoy.

Así, entramos en la era post-antibióticos, que comienza en 2013, el día en que las infecciones comunes se vuelven intratables. En la actualidad donde las superbacterias desafían nuestras defensas médicas, los antiguos enemigos de las bacterias están surgiendo como nuevos aliados en la lucha contra las infecciones: los bacteriófagos, también conocidos como fagos. 

Estos pequeños virus infectan bacterias en lugar de células humanas y pueden ser la clave para combatir la creciente resistencia a los antibióticos. Los bacteriófagos existen desde hace siglos, pero sólo recientemente han atraído la atención de la comunidad médica como posibles alternativas a los antibióticos tradicionales. A diferencia de estos últimos, que normalmente matan tanto a las bacterias patógenas como a las beneficiosas, los fagos son específicos en su objetivo y atacan sólo a las bacterias que causan enfermedades.
Las bacterias resistentes a los medicamentos matan a 2.000 personas cada día.

Los fagos ofrecen perspectivas prometedoras para combatir las infecciones resistentes a los antibióticos. Su diversidad y capacidad para evolucionar junto con las bacterias las convierten en herramientas poderosas en nuestro arsenal médico. Sin embargo, todavía queda mucho por descubrir y aprender sobre estos pequeños depredadores microbianos.
A medida que continuamos explorando el potencial terapéutico de los bacteriófagos, queda claro que pueden desempeñar un papel vital en el futuro de la atención médica. Con más investigación y desarrollo, es posible que veamos una revolución en el tratamiento de las infecciones bacterianas, lo que brindará nuevas esperanzas a quienes luchan contra enfermedades difíciles de tratar.

Foto referencial. Los bacteriófagos infectan bacterias en lugar de células humanas 

Actualmente se están realizando ensayos clínicos para probar la eficacia del fago contra infecciones persistentes y recurrentes en pacientes con infecciones persistentes del tracto urinario, estreñimiento crónico, infecciones articulares, úlceras del pie diabético, amigdalitis y fibrosis quística. 

Los fagos nos recuerdan la asombrosa diversidad y complejidad del mundo microbiano que nos rodea. A medida que avancemos hacia el futuro, descubriremos que estos pequeños virus son herramientas poderosas para mantener nuestra salud y bienestar.

Sobre el autor:

Médico especialista en Pediatría. Director del Postgrado de Pediatría Universidad de Cuenca. Docente de los módulos de Urgencias pediátricas I-II del Postgrado de Pediatría Universidad de Cuenca. Médico tratante del área de cuidados especiales pediátricos y fibrosis quística Hospital Vicente Corral Moscoso.

Bibliografía:

Rev. Esp Salud Pública. 2023 Jan-Dec; Resistencia bacteriana, una crisis actual Luis Arturo Camacho Silvas.

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