Mucho de este hecho se debe a prejuicios, más o menos generalizados, en relación a que los poemas en inglés son simplemente demasiado difíciles para un estudiante no nativo de esta lengua. Sin embargo, el contrastar estas afirmaciones con lo que la evidencia empírica en el área ha demostrado sugiere que la exclusión de la poesía – particularmente en relación a actividades de composición – como material de trabajo en el aprendizaje del inglés se debe más bien a la propia experiencia del docente con el medio, la misma que, en muchos casos, replica los procesos de los que la persona, cuando estudiante, fue parte. A este hecho, además, se debe añadir el énfasis en el desarrollo de habilidades abiertamente observables – y que, por lo tanto, son fácilmente medibles – que caracteriza la práctica docente del inglés en la actualidad. En estas circunstancias, los procesos de enseñanza y aprendizaje del inglés se ven mercados por la sujeción, con ánimos de automatización, a normas establecidas, sin tomar en cuenta la subjetividad del que aprende; en otras palabras, como varios autores mencionan, el aprendizaje de la lengua se ha deshumanizado.
La evidencia empírica señala que el trabajar con poemas en el aula de inglés genera varios beneficios en el desarrollo de las competencias comunicativas de los estudiantes; estos beneficios principalmente se relacionan con la adquisición de vocabulario, el perfeccionamiento de estructuras y funciones gramaticales y el desarrollo de las capacidades expresivas e interpretativas. Asimismo, se debe señalar que la poesía, ya sea en la lengua materna o en una segunda lengua, lleva consigo cierto status social, es decir, se la aprecia, es verdad, como un medio de cierta complejidad; sin embargo, es precisamente este status el que brinda al alumno de la lengua meta un sentimiento de logro más gratificante al trabajar con poemas, aun cuando no exista un desempeño perfecto. Además, las posibilidades que la poesía brinda para que el estudiante se conecte con la cultura de la lengua meta, y más importante aún, con sus propios sentimientos, expectativas y deseos, pueden generar altos niveles de motivación. De hecho, el estudiante, a través de la composición de un poema, por ejemplo, puede ver al inglés, ya no sólo como un requisito académico y profesional, si no como un medio para expresar sus propias ideas, deseos y anhelos; es decir, como algo propio y personal.