A nivel mundial los hábitos alimentarios de la población han cambiado, disminuyendo la ingesta de alimentos saludables como frutas, verduras, legumbres e incrementando el consumo de alimentos ricos en azúcar y grasa. Esto sumado a estilos de vida sedentarios por las largas jornadas de trabajo, poco acceso a lugares de recreación, etc., han generado el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles como obesidad, diabetes II, hipertensión arterial, dislipidemias, algunos tipos de cáncer, entre otras, que afectan a varios grupos etarios y además constituyen las principales causas de muerte de muchos países incluido el Ecuador.
La Conferencia Internacional sobre Nutrición, organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Roma en 1992, identificó estrategias y acciones para mejorar el estado nutricional y el consumo de alimentos a nivel poblacional, comprometiendo a varios países a generar guías alimentarias con el fin de educar en alimentación y nutrición. Estas guías se elaboran en cada país en base a la prevalencia de enfermedades relacionadas con la malnutrición, considerando factores sociales, económicos y culturales.
Desde 1996 la FAO ha realizado talleres apoyando la elaboración de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos en América Latina. Sin embargo, las guías alimentarias en el Ecuador se publicaron en el 2018, gracias al esfuerzo y trabajo de la FAO, Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Educación, otros Ministerios del Ecuador; y la Mesa Técnica Nacional en la que participaron la sociedad civil, instituciones públicas y no gubernamentales, agencias de las Naciones Unidas y la academia con representantes de varias Universidades del país, entre ellas la Universidad de Cuenca.
Las guías alimentarias contienen mensajes de fácil comprensión para promover la adopción de prácticas alimentarias saludables priorizando el consumo de agua segura, frutas, verduras, legumbres, conservando las costumbres y la cultura ecuatoriana, así como también fomenta la actividad física.
Los mensajes de las guías deben ser conocidos por toda la población, iniciando con los niños, quienes aprenderán y conservarán estas recomendaciones a futuro. Sin embargo, es recomendable actualizar las guías cada cierto período de tiempo ajustándose a la situación nutricional del país y que las instituciones gubernamentales fomenten espacios de recreación y ambientes alimentarios saludables.