“Taita Carlitos fue un gran maestro, investigador y ser humano... ha compartido sus conocimientos con gran vocación con el objetivo de fortalecer y salvaguardar la lengua y la cultura kichwa”, manifestó Diana Cordero, exalumna de Carlos Álvarez, quien recibió el “Premio de Investigación 2021”, por parte de la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina.
En el evento, desarrollado la noche del 14 de mayo, mediante la plataforma Zoom, se reconoció la trayectoria del exdocente de la Universidad de Cuenca, experto en Lengua y Literatura, poseedor de un diplomado en Lingüística, Dialectología y Metodología en Lenguas Indígenas por el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá.
Sus conocimientos los impartió siendo profesor en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación; en el Departamento de Idiomas dando clases de kichwa. Destaca además su aporte en el Instituto de Investigaciones Sociales de la institución, IDIS.
Durante la gala de premiación, la directora del Departamento de Idiomas de la Universidad de Cuenca, María Isabel Espinosa, destacó que Álvarez ha transcendido no solo por su aporte como docente e investigador, sino también, por su calidad humana, sencillez desbordante y paz contagiante. De su compañero y amigo, como lo considera, resaltó la pasión que ha demostrado por la Mama Llacta.
Carlos Álvarez, actualmente de 77 años, ha dedicado buena parte de su vida a aprender y enseñar sobre la Lengua y Cultura de raigambre indígena y mestiza, anteponiendo el respeto hacia las comunidades y saberes.
En su intervención refirió que su trabajo ha sido modesto y dedicó el reconocimiento como un homenaje de gratitud a las dependencias donde se desempeñó en el Alma Mater, al Instituto Caro y Cuervo de Bogotá, al Centros de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de las Casas” del Cusco, y a Ruth Moya, referente de los estudios de lenguas y culturas milenarias.
Dio un agradecimiento especial a sus informantes de las comunidades indígenas de Azuay y Cañar. “Mis coautores, quienes con su ancestral sabiduría y generosidad me enseñaron a conocer e identificarme con esa cultura indígena comarcana y enriquecer mi visión, saberes y valores en su propia lengua”.
Todo ese bagaje de conocimientos, Álvarez los transmitió por algo más de tres décadas en la Universidad de Cuenca, de la que se jubiló hace aproximadamente seis años.