Autor: William Ortiz Ochoa
La educación tradicional ha enfatizado la formación en el ámbito cognitivo, en muchas ocasiones en detrimento de la educación emocional a pesar de que las emociones son imprescindibles en procesos de razonamiento y en la toma de decisiones.
Emociones básicas: alegría, tristeza, ira, miedo, asco, sorpresa. Imagen Freepik.es-Rawpixel.com
Difícil pero no imposible en el ámbito educativo alcanzar un justo equilibrio entre lo “racional” y lo “emocional”, sin que esto implique alguna pretensión de bajar la calidad en la formación cognitiva; por el contrario, la formación técnica debe mantener un proceso dinámico de mejora permanente. Se describen a continuación, conceptos importantes vinculados al tema.
Emociones: El término emoción ha cobrado especial importancia en las últimas décadas, muchos teóricos lo han abordado desde diferentes enfoques: psicológico, sociológico, neurológico, neuropsicológico, entre otros; la emoción impulsa a la acción, afectan siempre las decisiones y la propia vida de los seres humanos. Investigadores como Ekman proponen un conjunto de emociones básicas: alegría, tristeza, ira, miedo, asco, sorpresa.
La emoción es un fenómeno psicofisiológico, que permite a los sujetos adaptarse eficazmente a cambios que el ambiente demanda; es decir, las experiencias subjetivas, específicas, activación de pensamientos relevantes a acciones o situaciones relacionadas con el sujeto. No adaptarse genera preocupación, ansiedad, estrés o sufrimiento, y eso termina por enfermar, ya lo decía Epicteto, si la situación está fuera del control de la persona, debe también estar fuera de su mundo emocional.
Las emociones son reacciones que se vivencian como una fuerte conmoción del estado del ánimo -placentero o displacentero- acompañada por la percepción de cambios orgánicos, a veces muy intensos, reacciones ante situaciones concretas -externas o internas-. Las emociones tienen distintas facetas con sistemas o factores de respuesta; tales como, cognitivo/subjetivo, conductual/expresivo, fisiológico/adaptativo, social/comportamental, en el ámbito educativo. La emoción en interacción con la cognición está relacionada con el concepto de inteligencia emocional.
Inteligencia emocional: Desarrollar habilidades de inteligencia emocional, favorece la salud mental, previene conductas de riesgo, mejora la empatía, el ajuste psicosocial, el bienestar y el rendimiento académico de los estudiantes; es más, con la práctica y el entrenamiento sistemático se pueden perfeccionar estas habilidades
Las habilidades de inteligencia emocional, en el ámbito educativo -formal o no-, se pueden desarrollar a través de acciones o actividades que fomenten el trabajo en equipo. Imagen Freepik.es
Las habilidades de inteligencia emocional, en el ámbito educativo -formal o no-, se pueden desarrollar a través de acciones o actividades que fomenten el trabajo en equipo; así como, lo colaborativo y la afectividad entre los participantes, estas actividades se deben realizar de manera sistemática, incentivando la comunicación; el currículo debe declarar el desarrollo de este tipo de habilidades, proponiendo estrategias más adecuadas, que pueden o no estar integradas a la malla curricular.
Las habilidades de inteligencia emocional permiten procesar y manejar las emociones de manera racional. Estas habilidades son un elemento esencial para ser más capaces, facilitando la adaptación a diferentes entornos incluida la vida cotidiana. Estas habilidades se ponen de manifiesto o condicionan la conducta en la relación con otras personas. El término “habilidad” emocional le da la connotación de ser educable.
Educación de las emociones: la educación de las emociones, eleva la conciencia emocional, aumenta el bienestar de una persona; es indispensable para la prevención primaria ante posibles trastornos emocionales. En el ámbito educativo permite que los estudiantes desarrollen una inteligencia emocional, debido a que esta les facilita herramientas o estrategias para la percepción, facilitación, control y regulación de las emociones propias y de los otros. Para que esta educación sea eficaz y eficiente se necesita de un profesorado emocionalmente competente y sano, y de una formación específica para el trabajo planificado y sistemático de las emociones en el aula. Implementar un programa de educación emocional para facilitar la introspección, reflexión y toma de conciencia de las emociones propias y promover la conexión con vivencias de los participantes; ofrecer modelos (ejemplos) de la habilidad que se desea entrenar, estimular los cambios (avances) que se obtengan y, orientar, practicar lo aprendido en escenarios cotidianos.
Educación de las emociones. Imagen referencial. Freepik.es.
Son grandes los beneficios para quienes potencian sus habilidades de inteligencia emocional puesto que contribuye al bienestar emocional, psicológico y social. Afecta positivamente la forma de pensar, sentir y actuar en diferentes circunstancias de la vida; también ayuda a controlar las emociones, manejar ansiedad, estrés, en la relación con los demás y en la toma de decisiones, todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre, dijo Voltaire o como dijo Aristóteles la felicidad es el significado y el propósito de la vida, la meta general y final de la existencia humana.
Sobre el autor: Docente – investigador Facultad de Psicología de la Universidad de Cuenca
Licenciado en Psicología educativa, Magíster en Educación parvularia, Master en Desarrollo humano, Doctor en Ciencias psicológicas