Autora: Andrea Gómez Ayora
La epidemiología, una ciencia relativamente joven, ha tomado protagonismo durante la pandemia de COVID-19, que ha afectado a la población a nivel mundial, pero su acción va más allá.
Epidemiólogos, epidemiólogas, de repente, estaban en los medios de comunicación, en canales de televisión, en redes sociales. Una ciencia con un nombre de compleja pronunciación, pero de vital importancia para el control de una enfermedad.
Por alguna razón, se la ha confundido con la salud pública, pero, sus objetivos, no son la toma de decisiones, sino conocer, explorar, describir, analizar, el proceso salud-enfermedad y dar herramientas a la salud pública.
La epidemiología como ciencia nace de manera formal con los estudios de John Snow, quien ayudó al conocimiento de la contaminación del agua como fuente de transmisión del cólera, cuándo aún no se conocía que era causada por un microorganismo. Desde entonces, su avance ha dado pasos agigantados; estudios descriptivos, de asociación, de causalidad se han ido fortaleciendo, tanto en su metodología como en su ética.
Imagen 2. Investigadores revisando resultados. Crédito: pexels-fauxels-3183153
Esta ciencia ha aportado a la toma de decisiones y como efecto a la mejora de la calidad de vida de una población, incluso a la erradicación de enfermedades como la viruela.
Es fascinante hablar de su historia, sus hitos, desarrollo y más aún vivir en una época en dónde la tecnología facilita el análisis. Sin embargo, es un reto el no enfocarla únicamente en el dato, sino ir más allá. Quien ejerce la epidemiología debe preguntarse ¿A quién pertenece el dato?, ¿a quién se está estudiando?, ¿Cuál es el contexto en el que vive?, ¿Cómo afecta a su calidad de vida?, ¿Cómo esa información puede generar bases para la toma de decisiones?
Desde un punto de vista de compromiso social, el mejorar la calidad de vida de los seres humanos, debería ser un valor fundamental de quien la ejerce.
Imagen 3. Lupa. Crédito: pexels-lilartsy-1194775
La epidemiología no puede quedar en el dato, sino, aportar con un análisis profundo de los determinantes de la salud, considerar la epidemiología crítica, profundizar en la determinación social del proceso salud-enfermedad.
Escoger el mejor diseño de investigación es clave para el conocimiento, con un pensamiento crítico, con una mirada curiosa, con un espíritu de detective, hacen del quehacer de la epidemiología un mundo apasionante y a la vez comprometido con la salud y la vida.
Sobre la autora:
Andrea Gómez Ayora
PhD, médica, epidemióloga y salubrista.
Grupo de investigación Kaleidos (Centro de Etnografía Interdisciplinaria)
Directora de la Maestría en Investigación en Ciencias de la Salud
Docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca
Docente invitada en la Universidad UTE