Autor: José Astudillo Banegas
El crecimiento es un peligro para los derechos de la naturaleza, amplia la frontera agrícola y ve en los bosques madera.
Solo con enunciar la palabra decrecimiento asusta a muchos autores, economistas, empresarios, gobiernos, etc. Los cuestionamientos que suelen dar a este concepto son: ¿Cómo vamos a decrecer en un momento de crisis?, ¿Por qué decrecer, si el crecimiento genera empleo y aumenta la riqueza de un país?; ¿Por qué decrecer si las poblaciones que no tienen acceso a servicios básico necesitan cubrir sus necesidades?, pues bien, tomando la propuesta de Serge Latouche uno de los decrecentistas , quien manifiesta haber propuesto esta idea justamente para generar expectativa, asustar, despertar a la economía lineal que considera al crecimiento como incremento del PIB. Pues decrecer no consiste en crecimiento cero, peor aún en crecimiento negativo.
Acosta y Brand consideran que el crecimiento es una propuesta económica occidental racionalista y patriarcal orientado hacia la dominación de la naturaleza y el extractivismo de los recursos con fines de intercambio en el mercado para la acumulación de riquezas. El crecimiento es un peligro para los derechos de la naturaleza, amplia la frontera agrícola y ve en los bosques madera; en el suelo monocultivos y en el subsuelo minerales y metales preciosos todo esto con fines especulativos.
Para decrecer hay que deconstruir el concepto de desarrollo y volver a construir un nuevo, con una sociedad postextractivista donde el convivir entre los seres vivos tenga una relación de respeto y armonía, la economía sea de uso y de socialización con mercado y no de producción de bienes para el mercado con fines consumistas.
Decrecer es un llamado, un grito, un S.O.S de la tierra para que los seres humanos tengan una convivencialidad; extraigan los recursos necesarios de la tierra con respeto y restitución para una economía de la suficiencia y no violenten la naturaleza hiriéndola para los placeres sin un beneficio común o sin un fin último en búsqueda del bien como diría Aristóteles, el placer por el placer, entendido como: Acumulación de riquezas, consumismo, desperdicio, hedonismo, vanidad, antropocentrismo, etc.
El decrecimiento supera al imaginario occidental: Patriarcal, de superioridad, dominante, paternalista y materialista y recupera la convivencia desde la diversidad donde todos los seres vivos son iguales ante la madre tierra, - la Pachamama desde las culturas originarias del Abya – Yala-, no existe paternalismo sino equidad y justicia socioambiental. La convivencia debe tener un profundo carácter espiritual, no religioso al estilo de conseguir adeptos, devotos para cierta ideología, sino de interconexión entre todos los seres vivos, mientras más interconectados estén más espiritualidad tendrá la convivencia. La interconexión supera la inter e intra conflictividad, una de las mayores limitaciones para el convivir mundial.
Bibliografía:
Acosta, Alberto y Brand Ulrich. (2017). Decrecimiento y postextractivismo. Edición - Fundación Rosa Luxemburgo y Tinta Limón. Buenos Aires.
Bibliografía:
Acosta, Alberto y Brand Ulrich. (2017). Decrecimiento y postextractivismo. Edición - Fundación Rosa Luxemburgo y Tinta Limón. Buenos Aires.
Sobre autor/a
José Astudillo Banegas
- Licenciado en filosofía, sociología y economía – Universidad de Cuenca – Ecuador.
- Magister en Investigación Participativa para el desarrollo Local – Universidad Complutense de Madrid.
- Doctor en Sociología y Antropología – UCM.
- Docente - investigador Universidad de Cuenca
- Miembro de Grupo de investigación ACORDES – FCEA.
- Miembro del grupo de investigación interuniversitario TIERRA.
- Miembro de la Junta promotora para la universidad de la provincia amazónica de Morona Santiago.