Autor: Ximena Álvarez Palomeque
Procesos de biosorción en columna para remoción de fármacos utilizando bagazo de caña de azúcar.
Foto: Andrea Alvarado Orellana
En las últimas décadas se han desarrollado alrededor del orbe una gran cantidad de nuevos productos químicos con usos domésticos, médicos, agrícolas e industriales. Ejemplo de ello son los productos de limpieza, cosméticos y medicinas.
Estos productos, sean domésticos o industriales se los conoce como contaminantes “emergentes” o desconocidos, ya que hasta hace poco no eran considerados perjudiciales y generalmente son descargados en los sistemas de alcantarillado público. Esta forma de contaminación, pese a no ser nueva, apenas ha sido identificada e investigada en los últimos años.
En contrapartida, su alto consumo a lo largo del tiempo ha empezado a provocar efectos negativos en el ambiente y el ser humano, debido a su acumulación y persistencia en el medio. Tal es el caso de ciertos fármacos como antibióticos, antiparasitarios o fungicidas, cuya presencia en el agua incrementa la posibilidad de desarrollar cepas resistentes a dichos compuestos (la resistencia bacteriana es un ejemplo de dichos efectos). En relación al ambiente, este se contamina por la excreción de los fármacos mediante la orina, heces, o por un descarte inadecuado a través del inodoro.
Igualmente, otro grupo de medicamentos resultan preocupantes por su altísimo consumo dentro de la población: antiinflamatorios, analgésicos, hormonas, beta-bloqueantes, estatinas. Estos fármacos, al igual que otras sustancias químicas usadas en la industria como el bisfenol (resinas y plásticos), metales pesados como el cromo, plomo y mercurio y agentes de limpieza como el triclosán conforman el grupo de contaminantes emergentes denominados “disruptores endócrinos”, ya que pueden provocar diversos cambios en la biota, deformaciones, baja fertilidad, feminización de especies, entre otras.
En el Ecuador no existe un marco legal ambiental para esta nueva amenaza, y tampoco está implementado un sistema de remoción de dichos contaminantes en las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Actualmente, se están desarrollando técnicas para la detección y remoción de contaminantes emergentes, aplicando técnicas físico-químicas, como el uso de membranas y procesos de adsorción con residuos agrícolas.
Mientras estas técnicas no se implementen a gran escala en las plantas de tratamiento de agua, es deber ciudadano prevenir el aumento de este tipo de contaminación. Para ello se recomienda observar el etiquetado de los productos utilizados en el hogar, buscar alternativas que no contengan dichas sustancias, no exagerar en el uso de agentes antibacteriales, y no menos importante, se debe reconocer la necesidad de educación ambiental multinivel con énfasis en la prevención de la contaminación.
Sobre autor
Ximena Alvarez Palomeque
Ingeniera Química, Especialista en Administración de Empresas, Magister en Gestión Ambiental para Industrias de Producción y Servicios.
Ingeniera Química, Especialista en Administración de Empresas, Magister en Gestión Ambiental para Industrias de Producción y Servicios.
Docente-Investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Cuenca