Con el desarrollo industrial se ha puesto al alcance de todos nuevos productos para facilitarnos la vida en diferentes aspectos. Diariamente se elaboran, venden y consumen productos de alimentación, limpieza, cuidado personal, salud, entre otros. Estos incluyen en sus formulaciones sustancias químicas para mejorar o aumentar sus propiedades y volverlos más llamativos de cara al consumidor. Son cada vez más sofisticados y controlados en sus etapas de producción y venta para que el consumidor pueda usarlos con tranquilidad. Pero una vez consumidos ¿qué pasa con todas esas sustancias incluidas en las formulaciones?
En la mayoría de los casos, los componentes de productos de limpieza y de cuidado personal, de alimentos y fármacos, entre otros, terminan como contaminantes en las aguas residuales. Estas aguas residuales son liberadas con o sin tratamiento sobre aguas superficiales. Aunque sin duda tratar las aguas residuales es mejor que no tratarlas, diversas investigaciones indican que los procesos tradicionales de tratamiento de aguas residuales no son efectivos en la remoción de estos contaminantes. A estos contaminantes no regulados los llamamos Contaminantes Emergentes.
Contaminantes Emergentes es un término que incluye a toda substancia que actualmente no está siendo regulada y por tanto no es monitoreada ambientalmente, ni es considerada al planificar procesos de remoción de contaminación.
Estos Contaminantes Emergentes continuamente son descargados en las aguas superficiales. Las investigaciones han encontrado Contaminantes Emergentes en ríos, lagos, mares y hasta en aguas subterráneas. Estas aguas son usadas para riego de alimentos, ganadería y como fuente de agua potable. Según las investigaciones, los tratamientos de agua potable tampoco son efectivos para eliminarlos completamente.
¿Debemos preocuparnos? Existen Contaminantes Emergentes de una gran variedad, la mayoría se encuentran en concentraciones muy bajas y no ponen en riesgo ni la salud, ni el ecosistema; sin embargo, se debería prestar especial atención a los antibióticos y a los disruptores endocrinos u hormonales; pues los primeros han sido asociados con resistencia bacteriana, y los segundos con ciertos tipos de cáncer y alteraciones hormonales en especies animales.
En realidad, sería casi imposible controlar todos los Contaminantes Emergentes debido a la gran cantidad de sustancias que en potencia lo son; pues no solo se debería pensar en los componentes que constituyen los productos comerciales; sino también en las sustancias que conforman productos no regulados e ilegales. La opción más razonable es realizar estudios de cómo estos afectan la salud y el ambiente para poder tomar las medidas respectivas. Estos estudios deberán considerar no solo al contaminante individual y sus metabolitos sino también los posibles efectos al estar presentes junto con otros contaminantes. Además, es recomendable minimizarlos desde su origen, es decir, al aprobar el uso de una sustancia como constituyente de algún producto comercial se debería realizar estudios de su impacto como contaminante.
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