Uno de los principales retos de los investigadores es transmitir los conocimientos generados. Antes, durante y después de “concluir” la labor científica surge la preocupación de difundir las preguntas, procesos y resultados de investigación. Por el boom de los rankings y el puntaje otorgado en los diferentes escalafones, los mayores esfuerzos se dedican a las publicaciones científicas en revistas indexadas, sin embargo, la difusión y divulgación de la ciencia, se realiza en varios espacios –sin hacer referencia a niveles, porque puede ser mal interpretado-.
Para ello algunas universidades apuestan por la Unidades de Cultura Científica y de Innovación con el afán de incluir y fortalecer la formación, la cultura y los conocimientos científicos de los ciudadanos.
La discusión de si quién debe escribir, para los ciudadanos, es el científico o un periodista, ha sido superada gracias a la labor interdisciplinaria. Tanto científicos como periodistas –generalmente- se especializan en una temática, pero son incapaces de conocer todas las áreas de conocimiento, por ello, con una dosis de humildad, juntos se dan el soporte necesario para compartir las teorías planteadas y experiencias adquiridas.
Entre las posibilidades de divulgación está la relación entre comunidad científica y medios de comunicación masiva. Recordemos el alcance que aún mantienen la prensa, la radio o la televisión; el rol es incidir en la agenda mediática, garantizando el rigor en la información que transmiten los medios; desde la elaboración de boletines y notas de prensa, la entrega de material audiovisual, hasta entrevistas o espacios dedicados a investigación. La difusión en distintas plataformas digitales como Facebook, Twitter o blogs científicos es una tendencia en crecimiento, que permite sobre todo la interactividad con los usuarios.
La elaboración de materiales educativos, ciclos de formación, talleres prácticos son absolutamente compatibles y complementarios con otras formas de difusión. Mediante ferias y café científicos, exposiciones, concursos, se brinda la posibilidad de que muchas personas, por primera vez, se enteren de los avances científicos y del desarrollo en investigación en cada uno de sus lugares de origen, así como a nivel regional y mundial, en ambientes que trascienden la educación formal, sin descuidarla.
Siempre se puede motivar la curiosidad de los diferentes públicos pero es imprescindible el interés que tengan estos para acercarse al conocimiento. La creatividad, preparación e imaginación propias del divulgador harán posible la recreación del conocimiento con un uso adecuado del lenguaje, cuyo objetivo final es difundir ciencia en todas las disciplinas y a los diferentes destinatarios: comunidad científica, medios y agencias de comunicación, jóvenes y púbico infantil, personal docente, empresa pública y privada, colectivos y ciudadanía en general.